El castillo de Casares, que se correspondía con la antigua Fortaleza Musulmana, se encuentra en la parte alta del pueblo de Casares, cuyos restos confirman su importancia defensiva durante el siglo XIII. En la parte más elevada se conservan las torres del Alcázar.
Desde este recinto amurallado se pueden observar las impresionantes vistas a Bahía de Algeciras y la panorámica montañosa de la Serranía de Ronda. El castillo está caracterizado por tener una serie de entradas y salidas que añaden una mayor monumentalidad y encanto a todo el recinto.
 Sin duda, es uno de los lugares que no puedes perderte en tu visita a Casares.

Los populares Baños de la Hedionda cuentan con una multitud de leyendas para dar respuesta a su origen. La más popular es la que le atribuye un noble origen histórico en el año 61 a.C., cuando las tropas romanas de Julio César se refugiaron en aquella zona para enfrentarse a las de Pompello. Años más tarde, considerando que esas aguas eran medicinales, ordenaron construir los baños que hoy en día se conservan. Cuenta con un manantial que surge en el mismo río Maniva y con un edificio del Baño con una sala abovedada. Desde el año 2016, estos baños cuentan con piscinas naturales.

Los platos típicos de la localidad de Casares son verdaderos manjares que no dejan a nadie indiferente, como la sopa casareña o el conejo a la montaña. También puedes degustar una fritá de cabrito, animal de gran renombre criado en Casares del que se obtiene la típica morcilla, aderezada con cebolla para comer acompañada o en guiso. El pescaíto frito es otro de los platos típicos de Casares que generalmente se acompaña de un vino blanco que los lugareños obtienen de propia cosecha. Para endulzar los paladares, puedes degustar las tortas fritas y los bizcochitos casareños rociados con miel o chocolate.